Adicción a los opioides

Los opiáceos son sustancias derivadas de la planta adormidera o sus análogos sintéticos, que actúan sobre el sistema nervioso reduciendo o eliminando la sensación de dolor, y su capacidad de analgesia es la principal razón por la que se utilizan en el ámbito médico. Pero estas drogas –como la morfina– tienen propiedades psicoactivas y generan dependencia con facilidad, incluso aunque originalmente su consumo haya estado sujeto a prescripción médica.

Precisamente, la adicción a los opioides con receta médica es un grave problema de salud pública, que en Estados Unidos se ha convertido ya en una epidemia difícil de controlar, y ha provocado que se multiplique el número de adictos a drogas ilegales como la heroína –derivada de la morfina–, así como las muertes por sobredosis (en la actualidad se estima que en este país hay un millón de heroinómanos, y en 2017 fallecieron 15.958 personas por sobredosis de esta droga).

En EE.UU. en 2017 el número de muertes por sobredosis de opioides (tanto de prescripción médica como ilegales) fue seis veces mayor que en 1999

Según el National Institute on Drug Abuse (NIH) de Estados Unidos se estima que entre el 8 y el 12% de los pacientes a los que se receta algún tipo de opioide para tratar el dolor crónico desarrollan un trastorno por consumo de opioides, y que del 4 al 6% de los individuos que consumen de forma inadecuada opioides recetados pasan a consumir heroína. De hecho, el 80% de los consumidores de heroína abusaron previamente de este tipo de fármacos.

Como explica el Dr. Ángel Nieto, médico internista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, y especialista en toxicología, “los opioides son analgésicos de tercer nivel, ya que en primer lugar se prescriben al paciente fármacos como paracetamol, ibuprofeno y similares, el segundo nivel de analgesia está constituido por lo que se conoce como opiáceos menores, y por último se recurre a los de nivel superior, y los más utilizados son el fentanilo en parche, la oxicodona y el cloruro mórfico«.

 

Adicción a los opioides

En España, estos medicamentos se emplean únicamente en el manejo hospitalario, afirma este especialista, que añade que generalmente se administran por vía intravenosa o subcutánea, y que se recurre a ellos en el caso de “dolores muy fuertes en los que prima el control del dolor frente a la posible adicción que se vaya a desarrollar a futuro, porque en estos pacientes es mayor el beneficio que se va a obtener que el riesgo de una posible adicción, aunque siempre se intente administrar la dosis más baja que resulte efectiva”. 

Adicción a opioides con receta médica: una epidemia en aumento

En Estados Unidos, sin embargo, sí se recetan opioides que se toman por vía oral, como las pastillas de oxicodona (OxyContin), Percocet o Vicodin, o el fentanyl –un analgésico opiáceo sintético entre 25 y 50 veces más potente que la heroína, que se puede inyectar o administrar en forma de parches o pastillas, y que acabó con la vida del cantante Prince en abril de 2016– para su empleo domiciliario en el tratamiento del dolor no oncológico, en personas que por ejemplo han sufrido lesiones por un traumatismo, o dolor postoperatorio o de espalda, y que una vez que han comenzado a tomar estos opiáceos ya no han dejado de consumirlos, aunque hayan tenido que falsificar recetas o robar los medicamentos, o se hayan convertido en adictos a drogas ilegales como la cocaína o la heroína.

Cada día fallecen una media de 130 americanos por sobredosis de opioides

El fentanyl o fentanilo es la droga que se puede adquirir con receta médica que se asocia con mayor frecuencia a las muertes por sobredosis en Estados Unidos, y según datos del National Institute on Drug Abuse en 2017 estuvo implicado en el 59,8% de los fallecimientos relacionados con opioides. Este opioide sintético se prescribe en casos de dolor intenso, sobre todo en pacientes con tolerancia a otros opiáceos, pero también se vende de forma ilegal en forma de polvo, gotas o pastillas, y en ocasiones se mezcla con otras drogas como cocaína, heroína, metanfetamina y MDMA (éxtasis).

 

Adicción opioides receta

Los datos procedentes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) son estremecedores:

  • Entre 1999 y 2017 han fallecido más de 700 000 personas a consecuencia de una sobredosis de drogas en Estados Unidos.
  • Aproximadamente el 68% de las más de 70 200 muertes debidas a sobredosis en 2017 se relacionaron con algún tipo de opioide.
  • Cada día fallece una media de 130 americanos por sobredosis de opioides.
  • En 2017 el número de muertes por sobredosis en las que estaban involucrados opioides (incluyendo tanto los de prescripción médica como los que son ilegales como la heroína y el fentanilo fabricado ilegalmente) fue seis veces mayor que en 1999.

COVID-19 y trastorno por consumo de opioides

Uno de los efectos de los opioides es reducir el ritmo respiratorio, por lo que una sobredosis de estas drogas puede causar daños irreversibles en el cerebro, el corazón y los pulmones, e incluso la muerte. Según indica el National Institute on Drug Abuse de Estados Unidos esto hace que los individuos con un trastorno por abuso de opioides puedan ser más propensos al COVID-19 o a desarrollar un cuadro más grave de la enfermedad.

De hecho, un análisis de registros médicos electrónicos llevado a cabo septiembre de 2020 y que incluía datos de más de 73 millones de pacientes ingresados en 360 hospitales estadounidenses, encontró que los pacientes ingresados en un hospital que habían sido diagnosticados con un trastorno por consumo de opioides en el año anterior tuvieron 10,2 veces más probabilidades de contraer COVID-19 que quienes no tenían este problema. También reveló que las personas que recibieron un diagnóstico de trastorno por consumo de drogas en algún momento de su vida fueron 1,5 veces más propensas a contraer COVID-19 y tenían más riesgo de padecer enfermedad grave (41% versus 30%) o de morir (9,6% versus 6,6%) a causa de esta infección.

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